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Resultados e galería de imaxes da mostra agrogandeira Expolugo 2018





El desfile de ganado atrajo a cientos de visitantes, que fijaron sus miradas en el toro Capitán y el porco celta Cesáreo

Los contados ejemplares de razas autóctonas que desfilaron este sábado por el centro de la capital lucense dejaron a más de un visitante con la boca abierta. En la particular 'fashion week' del San Froilán no se restringen las medidas.El primer modelo que lució palmito en la pasarela fue Capitán, un toro de rubia gallega de seis años y 1.600 kilos de peso, que pertenece a la asociación Acruga y que tiene su cuartel de invierno en la granja Gayoso Castro.

Su manejador, el técnico de Acruga Javier Gerbolés, de Os Ancares, advertía ante el concurrido aforo de que este semental retirado, aunque es "dócil", "quere tranquilidade, non moito follón".

A Capitán se le aprecia que tiene tablas. Es un habitual en las más conocidas pasarelas de ganado bovino de Galicia y de fuera de la comunidad, como Salamanca, Zaragoza o Zafra (Badajoz).

Le guardaba los cuartos traseros un carro de madera tirado por dos vacas de la explotación de Ángel Santos, de Friol. Estas reses también están curtidas porque ya han participado en varias ediciones del Folión de Carros de Chantada.

En la Praza Maior se pudo contemplar un autocar de viajeros, de 1926, cuyo motor se enciende a manivela

El carro, de los que ya quedan pocos en el campo gallego, tiene más de 80 años de historia. Su eje está hecho con madera de fresno y el resto con sauce y abedul.

Ángel Santos y su padre, José Antonio, jugaron sobre seguro. Mostraron en el desfile del San Froilán dos vacas laureadas, Toura, de 1.450 kilos, que fue Miss Galicia en 2016 en el concurso televisivo de Luar, y su sucesora al año siguiente en ese mediático programa, Linda, más estilizada, que pesa 1.300.

La rubia gallega fue la más representada en el desfile, con una decena de reses, entre ellas una de color blanco, que es una de las cinco tonalidades de la piel de esta raza (teixa, vermella, rubia, marela y la aludida, varela). A más de uno se le hizo la boca agua. Hubo quien no se contuvo y comentó en voz alta: "Que bos chuletóns darían!".

Otro ejemplar que también atrajo los flashes de los cientos de espectadores fue el semental de porco celta Cesáreo, de un lustro de vida y unos 300 kilos. Su dueño es Saúl Rouco, de 30 años, que hace cinco vio en la cría de esta raza una salida laboral. "Non damos abastecido a demanda de porco celta", afirmaba este joven ganadero vilalbés. También desfiló, aunque amantado y en brazos de una criadora, un lechón de 15 días, al que tienen pensado bautizar como Froilán.

Hubo quien echó en falta a sus primos, los jabalíes, que tantas visitas cursan últimamente a la capital lucense.

También pisaron la alfombra roja, al son del grupo de música tradicional Raíces do Campo, tres ejemplares de galiña de Mos, una cabra y un carnero, otros siete de can de palleiro y dos perros más de raza guicho o quisquelo.

No faltó en el desfile la maquinaria. En la Praza Maior se pudo contemplar un autocar de viajeros, de 1926, cuyo motor se enciende a manivela. Aún funciona, pese a que tiene casi un siglo.

Cerraba la pasarela un tractor de 1958, con el presidente de la Asociación Galega de Amigos da Maquinaria Agrícola Clásica, Marcos Vázquez, al volante, que resaltó que "cando se fabricaban estes vehículos, en Galicia aínda se traballaba no campo con vacas".
https://www.elprogreso.es/articulo/lugo/pasarela-mejor-cada-establo/201810071201041337389.html