ACRUGA LOGRA UN NUEVO IMPULSO PARA LA RUBIA GALLEGA AL RENOVAR CON LA DIPUTACIÓN EL CONVENIO PARA LA RECRÍA DE ANIMALES PUROS
La institución provincial destinará 172.000 euros anuales durante los próximos cuatro ejercicios para comprar novillas a los ganaderos, que se llevarán a subastas tras su paso por la granja Gayoso Castro
25/05/2023
La Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega acaba de dar un nuevo impulso a la Raza Rubia Gallega con la renovación del convenio que mantiene con la Diputación de Lugo para la recría de animales puros en la granja Gayoso Castro. La institución provincial destinará 172.000 euros al año, durante las anualidades de este 2023, y de 2024, 2025 y 2026, con el objetivo de seguir apoyando a la raza autóctona de carne. Este convenio también supone una importante ayuda para los ganaderos de raza rubia, a los que la asociación compra las novillas de pocos meses destinadas al centro de recría de la Diputación para, una vez preñadas, ofrecerlas en subastas a los ganaderos que se incorporan a la raza o a los que precisan de más animales de calidad para su explotación. En los últimos cuatro años se adquirieron de esta forma un total de 360 animales de alto valor genético a criadores de Acruga.
La recién acordada renovación supone seguir un camino que comenzó en 2007 con la firma del primer convenio, cuando el centro de recría de Castro Riberas de Lea comenzaba su funcionamiento con un rebaño pequeño. Desde entonces, con altibajos debidos sobre todo a inmobilizaciones del ganado por pruebas de saneamiento, la actividad en la granja y la venta de animales en subastas han sido constantes, más si se compara con las ventas y la evolución de los precios de otras razas de carne a nivel nacional.
La colaboración entre Diputación y Acruga para formar ese denominado rebaño de élite comenzó con la celebración de cinco o seis pujas al año, mientras que en los últimos años fueron muchos los ayuntamientos de la provincia lucense y también alguno del resto de Galicia los que solicitaron este tipo de subastas con las que dar respuesta a la fuerte demanda.
Incremento de precios en subastas
Durante estos años, no solo aumentó el número de subastas celebradas cada año, sino los precios medios de los ejemplares. En aquellos primeros años, el precio medio de una novilla preñada era de 1.470 euros, una cantidad que fue subiendo al igual que los precios de salida, y llevó a cerrar el 2022 con una precio medio de 2.380 euros. En lo que va de año, pese a las inmobilizaciones de ganado y la supresión de subastas por la lengua azul, han tenido lugar siete pujas de novillas preñadas, en las que se han vendido todos los ejemplares presentados, 37 animales, logrando un precio medio de 2.519 euros. Esto demuestra, a juicio de Acruga, que la rubia gallega no sólo rompe con la tendencia a la baja de otras razas de carne sino que logra incrementar ambos indicadores en un año especialmente malo por la coyuntura económica y el incremento de los costes de producción.
Precisamente, para paliar la difícil situación a la que se enfrentan los ganaderos de carne, desde Acruga se está trabajando en la renovación de otro de los convenios que tiene con la Diputación de Lugo, para la promoción y potenciación de reproductoras inscritas en el registro definitivo del libro genealógico, con ayudas directas por las novillas de primer parto que se incorporan a este registro. Un convenio que establece 1,4 millones de euros a este fin durante cuatro años, y que al igual que el anterior está siendo crucial para potenciar la raza y mejorar sus ya de por sí excelentes cualidades.
Desde la Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega señalan que la mejora de la raza es uno de los grandes objetivos fundacionales del colectivo. Para la directiva igual de importante es trabajar en el genotipado y realizar controles de filiación de todos los animales que pasan al registro definitivo, como mantener ese trabajo conjunto en el centro de recría para adquirir de los ganaderos los mejores ejemplares que pasen a formar el rebaño de élite.
Este laborioso proceso comienza con la comprobocaión de los técnicos de la carta genealógicos de los animales inscritos en el registro de nacimientos, con padres y abuelos también inscritos. Después los veterinarios de Acruga acuden a las explotaciones para para revisar in situ los ejemplares y extraer muestras. Una vez que entran en la granja, las novillas reciben una alimentación de calidad, visistas periódicas y controles para comprobar su estado y preñez, hasta que se realiza la selección de las mejores para presentarlas a las subastas.
De esta forma se evita el sacrificio de animales de alto valor genético, al tiempo que se contribuye a la expansión, promoción y mejora de la raza, garantizando además la pureza de la rubia gallega. Todo ello son también objetivos impresdindibles de la Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega que con el convenio recién Renovado seguirá adelante en su firme apuesta por situar a esta raza de carne como una de las mejores del mundo.